Todos conservamos impresa toda la vida dentro de las células, desde antes de nacer. Nuestra vida comienza dentro del líquido amniótico, nuestro primer entorno. Si durante esos vulnerables 9 primeros meses, la madre no está asequible emocionalmente para su bebé, por el motivo que sea, el bebé lo percibe. Los recuerdos prenatales y del nacimiento, y su posible efecto en el bebé no nacido, son unos de los muchos motivos por los cuales las mujeres deben aprender a manejar bien su fertilidad y aprender a concebir conscientemente.
A las mujeres que están considerando la posibilidad de concebir les recomiendo que dediquen un tiempo a meditar junto con su pareja en busca de orientación respecto a la perspectiva de tener un hijo. Las mujeres tibetanas tradicionales siempre dedican un tiempo a la meditación antes de concebir porque hay miles de almas esperando encarnarse.
Las parejas que emplean el método de percepción de la fecundidad durante toda su vida reproductiva no sufren efectos secundarios y suelen experimentar una intensificación de la intimidad en la relación, lo cual incluye una responsabilidad compartida de su fertilidad combinada.
Determinar la fase fértil: El óvulo vive entre 6 y 24 horas después de la ovulación. La viabilidad del semen depende de la presencia de mucosidad fértil. Los espermatozoides pueden vivir hasta 5 días en mucosidad fértil; en ausencia de mucosidad fértil, mueren en pocas horas. Por lo tanto, hay un periodo de alrededor de 7 días en cada ciclo durante el cual podría, teóricamente, producirse el embarazo. En un estudio se comprobó que entre las mujeres sanas que estaban tratando de concebir, casi todos los embarazos se podían atribuir a relaciones sexuales durante un periodo de 6 días que acababa el día de la ovulación. Otra conclusión fue que para las parejas que tratan de concebir, tener relaciones sexuales en días alternos es tan eficaz como tenerlas todos los días. En términos prácticos, si estás tratando de quedarte embarazada, ten relaciones sexuales 4 veces durante tu semana más fecunda; esto suele ser más efectivo y menos estresante.
Observación de la mucosidad (método de la ovulación): Todas las mujeres pueden aprender fácilmente a comprobar la presencia o ausencia de la mucosidad fértil tipo E (estimulada por el estrógeno) mediante la observación rutinaria del flujo vaginal en la vulva. Cuando acaba la menstruación, la mucosidad cervical es mínima; la mujer se siente seca. Esa falta de mucosidad acompaña la fase infecunda. EL cuello del útero comienza a secretar mucosidad tipo E alrededor de 6 días antes de la ovulación, de modo que si se usa este método, se sabe cuándo va a ocurrir antes de que ocurra. Mirada al microscopio, se ve que la mucosidad tipo E contiene canales que ayudan al semen a subir por el cuello del útero. La mucosidad fértil es similar en aspecto y consistencia a la clara de huevo cruda. Se es fecunda desde el momento en que aparece la mucosidad fértil hasta el cuarto día después del mayor flujo de mucosidad. El último día cualquier mucosidad que sea transparente, elástica (que se estira en una extensión mayor o igual a 2,5cm entre el pulgar y el índice), o lubricante, se llama <<día punta>>. Este día punta de mucosidad está muy relacionado con la ovulación, que se produce más o menos dos días después de ese día en más del 95% de las veces.
La mucosidad tipo G (estimulada por la progesterona) aparece inmediatamente después de la ovulación. Esta mucosidad no tiene elasticidad; también tiene un aspecto opaco y es pegajosa. Mirada al microscopio, se ve que no tiene los canales que facilitan la subida del semen. En realidad, esta mucosidad bloquea el paso del semen.
La regla comienza alrededor de 12 a 15 días después del flujo ovulatorio cervical punta o máximo.
Llevar la cuenta de la temperatura basal durante tres meses para ver si hay ovulación: Aunque el método de evaluar la mucosidad cervical es más exacto, tomarse la temperatura basal y registrarla durante unos cuantos ciclos es una interesante manera de conocer el cuerpo y sus ritmos internos. También puede mejorar la capacidad para relacionar los cambios de la mucosidad cervical con la ovulación.
El aumento de temperatura que se produce durante la ovulación se debe al efecto de la progesterona. Si la mujer queda embarazada durante el periodo en que se ha estado tomado la temperatura basal, advertirá que ésta continua alta, no vuelve a bajar. Esta elevación de la temperatura basal es un signo muy precoz de embarazo. Tómate la temperatura basal a primera hora de la mañana comenzando el primer día de la menstruación (éste se considera el día 1 del ciclo). Hazlo durante tres ciclos y confecciona una gráfica separada para cada ciclo. Puedes utilizar la gráfica de temperatura basal para registrar los cambios en la mucosidad cervical. La ovulación va acompañada de una elevación de la temperatura basal de entre 3 o 4 décimas, y se produce entre el momento en que la temperatura comienza a subir y el punto más alto que alcanza. La fase fértil generalmente acaba al final del tercero de tres días seguidos de temperatura elevada.
Si tus ciclos son regulares, puedes hacerte una idea general de la duración de tus fases fecunda e infecunda anotando lo siguiente: registra la duración del ciclo durante al menos 6 meses para determinar el primer día posible en que podría producirse la ovulación. La fase folicular (desde el primer día de la regla hasta la ovulación) es de duración variable. La fase lútea (desde la ovulación hasta el comienzo de la regla) se fija generalmente en 14 días.
Según sea tu mucosidad cervical, probablemente podrías tener relaciones sexuales hasta el día 8 o 9 de tu ciclo y evitar quedarte embarazada.
La consistencia del cuello del útero también cambia a lo largo del ciclo mensual. Durante la ovulación es mucho más blando y la abertura es más ancha que el resto del mes. Puedes palparte fácilmente el cuello del útero poniéndote en cuclillas e introduciendo el índice o el dedo medio en la vagina. Algunas mujeres observan que la posición del cuello del útero también cambia.
En resumen, no hay manera correcta ni incorrecta de trabajar con la fertilidad. Sin embargo, cada mujer debe ver hasta qué punto ha sido programada para creer que no puede confiar en su cuerpo sin una manipulación hormonal externa. Cuando comprendas esto podrás tomar una decisión consciente.
"Cuerpo de mujer, sabiduría de mujer"
Dra. Christiane Northrup
